Cada vez son más los aficionados a la marcha nórdica. ¿A ti también te ha picado el gusanillo de este deporte? Cualquier persona puede practicarlo y, además, no necesitamos equipamiento más allá de los bastones y una mochila en la que llevaremos agua y comida. Eso sí, tendremos que ir con calzado adecuado para andar. Han de ser unas zapatillas cómodas, que se ajusten a tu pie y tu pisada, así que deberías tener claro cómo elegir la talla correcta. Pero no es lo único importante, hay varios aspectos que debes tener presentes.
Qué influye en el calzado
Lo primero que valoraremos es el tipo de pisada. Junto a tu peso, este factor puede influir en la amortiguación de la zapatilla y en lo cómodo que te sientas andando. No puedes pasar por alto el terreno por el que caminarás. El agarre de la suela es importante y, según el tipo de piso que vayas a encontrar, necesitarás mayor o menor agarre. Los refuerzos laterales o en la puntera también pueden depender de esta superficie. Por último, has de tener en cuenta la talla. En este sentido, es preferible que las zapatillas queden algo holgadas.
El tipo de pisada al caminar
Se estima que en solo una hora de marcha nórdica daremos unos 6000 pasos, con sus 6000 pisadas correspondientes. Multiplica ese número por las horas que pretendes estar caminando y te harás una idea de la importancia que tiene acertar con tu elección. Al fin y al cabo, el calzado debe soportar tu peso y el impacto con el suelo, de ahí que resulte fundamental seleccionar el más cómodo.
Según la pisada, puedes ser supinador, pronador o neutro. Recuerda que escoger unas deportivas en función de esta característica te permitirá evitar molestias. Puedes hacerte un estudio en un podólogo, pero también hay trucos caseros, como comprobar el desgaste en las plantillas de unos zapatos o deportivas que uses habitualmente o mojarte la planta del pie y caminar sobre un periódico o una cartulina para ver qué pisada tienes.
La talla del calzado de Nordic Walking
A la hora de acudir a tu tienda de confianza, es importante que tengas en cuenta las variaciones de tamaño del pie mientras hacemos deporte. En el caso de la marcha nórdica (y de cualquier otra actividad), empezamos a movernos con el pie en frío. Sin embargo, a medida que andamos los pies entran en calor y se dilatan, especialmente a lo ancho. Deberías tenerlo siempre presente cuando te pruebes las zapatillas. Un margen de medio centímetro entre el dedo y la punta debería bastar para evitar problemas.
Por ejemplo, puede ser que un 42 te vaya justo y del 43 te sobre un poco. Si compras el 42, al cabo de un rato andando el pie se dilatará y sufrirás molestias y rozaduras que pueden acabar en ampollas o heridas e incluso impedirte acabar la ruta. En cambio, si optas por el 43, cuando el pie se dilate se ajustará mucho mejor a la zapatilla, lo que evitará la aparición de estos problemas. Por lo tanto, lo mejor es comprar una talla más de la que gastas en el día a día.
Un truco muy práctico para elegir la talla adecuada es asegurarte de que el pie puede rotar y hacer el movimiento específico de la marcha nórdica. Pruébalo en frío, en la tienda, y evitarás que se produzcan rozaduras. Un último aspecto a valorar antes de escoger talla son los calcetines. Solemos hacer marcha nórdica con calcetines más gruesos de lo habitual, de modo que deberíamos probarnos nuestras zapatillas de marcha nórdica con esos calcetines o tener en cuenta el grosor en el momento de probarlas.
Tamaño del pie
¿Cómo deberías medirte el pie?
Para este proceso necesitamos un folio que sea más grande que nuestro pie, una regla o metro y un lapicero o rotulador.
Primero
La cartulina o folio debe estar en una superficie totalmente plana y dura.
Segundo
Es importante que te pongas los calcetines parecidos a los que vas a utilizar cuando hagas marcha nórdica y ponte encima de la cartulina.
Tercero
De pie firme con el peso sobre el pie hay que pintar una linea alrededor del pie, hay que intentar que el rotulador esté totalmente perpendicular al suelo.

Cuarto
Para poder conocer la longitud del pie lo tenemos que medir la distancia vertical.

Quinto
Nuestra anchura de pie lo podemos conocer midiendo la distancia horizontal.
Sexto
Debemos hacer lo mismo con el otro pie y cuando tengamos las dos medidas tenemos que utilizar las medidas más grandes para determinar nuestra talla de zapatilla.
Tips
- Que esté bien ajustado es cuando el talón y antepié están totalmente encajados y tenemos espacios para los dedos.
- Es importante ponernos de pie, tenemos que comprobar la longitud y la anchura, presionando en la puntera y en los laterales con el dedo pulgar, la mitad del dedo debería caber en ese espacio.
- Sujetando la zapatilla con la mano la parte de atrás intenta sacar el pie, este debería de mantenerse o moverse un poco.
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La suela y la amortiguación de las zapatillas
Resuelta la cuestión de la talla, nos fijaremos en la suela. Conocer el terreno sobre el que caminarás resulta esencial, pues te permite anticiparte a las necesidades. Así, si la ruta transcurre principalmente sobre tierra, buscaremos suelas con surcos o relieve. En cambio, cuando la ruta discurre por el campo, son necesarios los tacos, ya que ofrecen un mejor agarre al pie.
En caso de caminar sobre cemento o arena, la suela plana es la opción más adecuada, puesto que tendremos menos necesidades de agarre. Por otro lado, no has de perder de vista la amortiguación. Esta se encargará de absorber tu peso y el impacto del pie contra el suelo. Hay modelos de aire o gel, además de otros materiales. Siempre que consigas la amortiguación adecuada, da igual cuál elijas. Si escoges bien, bajarán las probabilidades de sufrir cargas musculares o lesiones.
Un último aspecto que has de valorar es que sean deportivas impermeables para evitar que se te calen los pies. En cierto modo, el terreno sobre el que transcurra la marcha nórdica influye, pues en el campo es más fácil que haya humedad que si caminamos sobre asfalto. Sin embargo, la posibilidad de que llueva o nieve o los charcos que podamos encontrar por el camino invitan a elegir tejidos impermeables.
¿Cada cuánto hay que cambiar el calzado para marcha nórdica?
A medida que sumes kilómetros, las zapatillas se irán desgastando y es algo que no podemos pasar por alto. Notarás cómo se va borrando el dibujo de la suela, pierdes adherencia al pisar y la amortiguación disminuye. Por eso es recomendable cambiarlas cada 800 kilómetros, cuando empieza a notarse el desgaste de forma más evidente. Más allá de esta distancia, que en parte depende de la intensidad y la calidad del suelo que pisemos, has de tener en cuenta la inactividad. Si estás más de 6 meses sin utilizarlas, perderán propiedades, lo que puede dañarte los pies.
En conclusión, tendrás que elegir unas zapatillas una talla superior a la tuya para no tener molestias cuando el pie se dilate al andar. Además, debes prestar atención a otros aspectos, como la pisada, el tipo de suela o la amortiguación. Así, protegerás tus pies y conseguirás la comodidad necesaria para afrontar la marcha nórdica con total garantía.
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Unos cuantos consejos más
- Mide tu pie una vez al año, tus pies pueden cambiar con el paso del tiempo.
- En el embarazo los pies de una mujer puede cambiar.
- La talla estándar de unas zapatillas de marcha nórdica suele ser media talla más de la que utilizas en tus zapatillas para el día a día.
- Tupie más largo es el que manda.
- El calcetín puede influir en el tamaño de nuestra zapatilla.
No hay mejor terapia que unos kilómetros y el amanecer