tratamiento lesiones con frío y calor

La máquina humana es un complejo sistema mecánico que consta de 206 huesos,  650 músculos y todo está relacionado para conseguir ponerlo en movimiento a través de 187 articulaciones. La vida cotidiana y el ejercicio físico provocan cargas que si no resultan bien gestionadas por una musculatura equilibrada, terminarán por afectar a la mecánica de las articulaciones, generando desequilibrios.

El cuerpo siempre intentará producir el movimiento, si una articulación se encuentra afectada o limitada, será otra la que termine asumiendo la responsabilidad para producirlo.  Este tipo de compensaciones no específicas, son las que terminan provocando alteraciones, sobrecargas musculares y lesiones.

La Marcha Nórdica bien ejecutada,  nos ayuda a desarrollar un trabajo acertado ya que en su Técnica los movimientos del sistema articular se rigen por una alternancia entre una articulación con función estabilizadora y otra con función de aportar movilidad.

Es clave el trabajo de los músculos estabilizadores profundos, tienen la importante función de neutralizar la fuerza gravitatoria para conseguir una posición erguida y estable. Andar erguido es una de las señas de identidad del Nórdic Walking.

El trabajo muscular debe ser equilibrado para evitar descompensaciones  que generen mecanismos compensatorios. Por eso en la Marcha Nórdica hacemos que unos músculos se elonguen y otros se fortalezcan.

Cuando existe una pequeña  lesión una de las maneras más sencillas y eficaces de tratarlas en casa es el uso de frío y calor. Pero ¿Cuando se debe aplicar cada terapia? Nuestro consejo  es el siguiente:

La Crioterapia

Se basa en el uso del frío como agente terapéutico posee efectos fisiológicos tan destacados como la disminución del flujo sanguíneo, en definitiva del drenaje vascular  y linfático, antiinflamatorio, disminución de temperatura y metabolismo celular,  disminución del edema, del dolor y del espasmo muscular, así como la velocidad de la conducción nerviosa.

A partir de los 10 minutos de aplicación el  frío funciona como un vasoconstrictor que produce todos estos efectos, pero no es recomendable su aplicación ininterrumpida más allá de los 20 minutos, debido al “efecto oscilante” de Clarke Lewis, por el que se vuelve a producir vasodilatación. Es recomendable para esguinces, tendinitis, contusiones, dolores y roturas  musculares y favorece la recuperación tras el ejercicio.

La Termoterapia

O tratamiento con calor, aumenta el flujo sanguíneo (por tanto del aporte de oxígeno, nutrientes y drenaje linfático), aumenta el metabolismo y la temperatura local, reduce el dolor, mejora la elasticidad de los músculos, ligamentos, tendones y es antiinflamatorio y antiespasmódico. Está indicada ante procesos inflamatorios crónicos y subagudos  (cuando la lesión no es reciente), contracturas, espasmos musculares, cuadros postraumáticos y afecciones articulares, entre las que destaca la epicondilitis o codo de tenista.

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Contrastes Térmicos

(alternancia frío y calor) favorecen la reabsorción de edemas ( al alternar  vasodilatación –vasoconstricción), y es útil en el tratamiento de lesiones cuando ya han pasado 72 horas desde que se han producido. Pueden alternarse periodos cortos de inmersión en agua fría entre 13 y 18 grados, con otros más largos de inmersión en agua caliente entre 38 y 40 grados. Por ejemplo: 1 minuto frío + 3 minutos calor + 1 minuto frío + 3  minutos calor + 1 minuto frío + 3 minutos calor y acabar con 1 minuto frío.

“ CADA LESIÓN ES UNA LECCIÓN Y CADA LECCIÓN TE HACE MÁS FUERTE”

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